Pues ya se ha acabado, todos en casita y sin novedad. Eso sí, habiendo pasado cuatro días, creo que se puede decir sin exagerar, maravillosos. Hemos visitado lugares que además de ser sitios de referencia lancista, son dignos de ver por su belleza natural. La Valsesia, cuna de Vincenzo Lancia, es un valle paisajísticamente bellísimo, y sus carreteras son de lo más adecuadas para los clásicos, tanto por su poco tránsito como por lo bonito de su recorrido. Torino tampoco ha decepcionado, la "gran señora" capital del Piemonte acoge a su visitante ofreciéndole gran riqueza urbanística, museística y gastronómica. Si encima se encuentra uno con grandes amigos, ya me diréis... Los coches han respondido bien, salvo uno de los Aprilias que, estando en rodaje como está, tuvo algunos problemillas de arranque. Solucionados prontamente con la sabiduría de Vicens Pérez, su restaurador. ¿Qué más se puede pedir?
Embarque en Barcelona. Con un día radiante y sin problemas. Bueno, no exactamente: cometí una infracción y me las ví con la Guardia Civil. Pero fueron benévolos...
Salir del puerto y poner rumbo a Fobello no fue complicado. En el Area de Servicio de Turchino Est hicimos el punto de reunión con el Montecarlo de Suiza (y un cappuccino, por supuesto)
Las esperas se hacen largas, hay que entretenerse (aprovechando la ocasión de subirse en una obra maestra...) Con éste, grupo completo.
El Aprilia 1500 de Jordi Riera, recién restaurado y con el motor nuevo, impecable. Se puede apreciar el carburador rojo Abarth, original para este coche.
¡Bienvenidos excelsos viajeros!. Gran suerte la vuestra de haber podio disfrutar de estos días y el agradecimiento, por mi parte, del rápido reportaje del evento. Esperemos poder estar en condición de participar en el próximo "raduno".
"Le freccie d'argento", las joyas del raduno. Ésta paradita fue muy bien, porque en el outlet que se ve al fondo, las señoras pudieron ir de compras...
Llegamos a Fobello (900 m s.n.m.) sobre las 13:45, justos para la hora de comer (norte de Italia: se come sobre 13-13:30). Tiempo amenzante, pero paisaje estupendo. La carretera, con una subida muy suave que discurre por todo el valle del río Sesia, es una maravilla.
Un cartel que ya nos es muy familiar nos recuerda dónde estamos: en el punto culminante de VIA LANCIA, un recorrido recomendable a todo lancista...
La Fulvia Coupé, aparcada junto a la iglesia de San Giacomo, que Vincenzo Lancia contribuyó a restaurar tras ser dañada por unas inundaciones.
El alojamiento en el Albergo della Posta ha sido muy acertado. El hotel está recien reformado y tienen ciertos inconvenientes de los estrenos, pero lo suplen con gran amabilidad. Las comidas ha sido excelentes. Recomendable.
Tras la comida, lo primero es lo primero: presentar nuestros respetos a "Monsú" Lancia, que reposa en el cementerio de Fobello. Un lugar pequeño y tranquilo, al otro lado del río.
Francisco Javier, no esta mal el entrante para empezar del reportaje que nos espera . Saludos y bienvenidos.